Sabor rosado cuando adentro hacemos cielo.
Salpicaduras de cortesía en tus muslos y unos ojos que se penetran, mutuos.
Pero se asustan, ambos.
Y apartan la vista.
Pero se mojan juntas,
y se miran de nuevo.
Horizontes marchitos a contratiempo y un contraste de luna en tus mejillas.
He posado la noche bajo la manta, que tocan tus manos mientras te arrimas.
Dulces; Nuestros sueños que duermen tranquilos ahora.
Has tocado mis pestañas y no es por nada, pero hay un goce, mutuo, de tus labios sobre otros labios, los míos.
Nuestro calor, que se perpetúa.
Mañana decides y mides los centímetros de mis dedos cuando me arrimo,
y en los versos en los que te acercas, o en los que alejarnos, a frío, a calor o a templado.
Todo se elige, hasta el destino que se escribe, aunque este en su esencia sea azar,
es camino que en su-o-puesto.
escrito y fotografía por Alba Redondo Pairet.