Que sí, que yo también era un mar impregnado de plástico
y bien adentro de la epidermis resguardaba inseguridades y miedos.
Y ahora reciclo los envases llenos de momentos difíciles y los vuelvo aprendizaje
y reutilizo los discursos de aquello que me hace ser yo.
Y reduzco la mierda innecesaria:
las bolsas de polietileno, las pajitas, la arrogancia
y todo lo que un día devino oxígeno dentro del océano de la apariencia.
Imagen y escrito por Isaac Rovira Pastor